La figura de Roberto Appratto (1950-2025) deja su legado como poeta, narrador, profesor, tallerista, crítico literario y cinematográfico. Desde muy joven participó en publicaciones periódicas como la revista Maldoror, los semanarios Jaque y Aquí y el suplemento El País Cultural. Aunque su obra ha sido estudiada fuera de fronteras – los trazos entre la escritura del Appratto y la del rosarino Alberto Giordano son un terreno fértil desde el que estudiar el ensayo como escritura del yo, o estas como textos ensayísticos y metaliterarios– se destacan las premiaciones dentro del país, otorgadas por la Intendencia de Montevideo y el Ministerio de Educación y Cultura en más de una oportunidad.
Pionero en el tratamiento del género autoficcional en Uruguay, su novela Íntima, de 1993, resultó por los años de su publicación desafiante en su caracterización genérica; una “experiencia literaria inédita” según Ana Inés Larre Borges. Inaugural de una línea narrativa dedicada a su historia de vida y la de sus familiares más próximos, a Íntima la sucedieron otros títulos, como Se hizo de noche (2007), que reflexiona sobre la experiencia de enseñar literatura y escribir poesía en el contexto del Uruguay dictatorial, 18 y Yaguarón (2008), con una Montevideo siempre presente (aunque cambiante) como telón de fondo de los procesos creativos, La carta perdida (2018) y El origen de todo (2020), estas dos últimas novelas dedicadas a las figuras paterna y materna respectivamente.
El poeta, el novelista, el crítico y el profesor de literatura resultan los pliegues de las mismas cavilaciones sobre el lenguaje, de la misma identidad discursiva. En la novela Mientras espero (2016), lo narrativo da paso a la reflexión sobre los tiempos de espera de la vida cotidiana, tiempos que podrían ser pérdida pero que el escritor transforma en caldo de cultivo de la creación literaria –además de profesor, Appratto fue visitador médico–. En los poemas de Lugar perfecto (2011), la experiencia de enseñar la literatura es forma y contenido –“el que se duerme en una clase / (…) ¿sueña con la clase?”–. Casi todas las veces, quien fuera durante décadas profesor de Teoría Literaria en el Instituto de Profesores Artigas despliega en su escritura creativa la precisión conceptual y una lucidez constante sobre el objeto de estudio que es la palabra. En el campo de la reflexión teórica, se destaca La ficcionalidad en el discurso literario y en el fílmico (Universidad Católica del Uruguay, 2014) y Apuntes (Criatura Editora, 2024).
Como señaló Mercedes Estramil a propósito de 18 y Yaguarón, en la obra de Appratto “el escritor se mueve sin moverse, hacia atrás, hacia adelante, hacia una película, un libro, un tango, una manifestación política o la lejana imagen de su madre en un ómnibus. La reflexión se remonta como un cometa, sin desprenderse, hacia una medida de lo eterno que siempre termina siendo un aquí y ahora”. Esta condición hace que resulte una literatura distante y entrañable al mismo tiempo, inolvidable.
Gabriela Sosa San Martín, Departamento de Investigaciones y Archivo Literario de la BNU.