El viernes 12 de agosto la Biblioteca Nacional recibió la donación, por parte del escritor brasilero Sergio Faraco (Río Grande del Sur, 1940), de 91 cartas de su correspondencia con el escritor uruguayo Mario Arregui (Flores, 1917 – Montevideo, 1985) y diversos documentos. La donación fue gestionada por el presidente de la Academia Nacional de Letras, dr. Wilfredo Penco.
Participaron: el escritor Sergio Faraco. Los hijos de Mario Arregui, Vanina y Alejandro, y el nieto Federico. El subdirector General para Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Embajador Fernando Arroyo. Integrantes de la Academia Nacional de Letras: el presidente, dr. Wilfredo Penco; la secretaria, dra. Virginia Bertolotti y el tesorero, prof. Rafael Courtoisie. Fueron recibidos por el director de la Biblioteca Nacional, Valentín Trujillo.
Estas cartas completan la otra mitad de la correspondencia que inicialmente donó el nieto de Arregui, Federico Arregui, el 22 de diciembre de 2021; que junto a algunos originales inició la colección del escritor en la Biblioteca Nacional de Uruguay.
De esta manera, el Archivo Literario continúa ampliándose, conservando el patrimonio literario de nuestro país y posibilitando la investigación académica.
La correspondencia entre ambos escritores se produjo entre 1981 y 1985. A propósito de esta, Mario Arregui (hijo del escritor) publicó un libro en 1990 bajo el sello editorial Monte Sexto llamado Correspondencia.
Palabras de Faraco durante la donación:
“Es una gran honra para mi poder ofrecer a la Biblioteca Nacional las cartas que recibí de mi querido y especial amigo Mario Arregui, en los cuatro años que trabajé en la traducción de sus libros. Una honra doblada debo destacar, pues esas cartas llegan a la biblioteca a través de la Academia Nacional de Letras presidida por Wilfredo Penco, otro querido amigo.
Mario Arregui tiene tres ediciones en Brasil, por editoriales de Río de Janeiro y Porto Alegre, y en setiembre aparecerá otra más reuniendo sus libros anteriores. Me siento muy feliz por haber colaborado mínimamente para el prestigio que tiene en mi país.
Aprovecho esta rara ocasión para agradecer el auxilio de Wilfredo Penco, de modo que esa iniciativa tuviese un buen final, un agradecimiento que es extensivo a el interés y sensibilidad del señor director de la Biblioteca Nacional.
Finalmente, paso a constar mi grande aprecio por los hijos de Mario Arregui, Danilo, Vanina y Alejandro, y también al conmovido recuerdo que tengo de Martín Arregui.
Muchas gracias.”