18 de Julio 1790, Montevideo, Uruguay.

Letra de mujer: Giselda Zani por Mariángel Solomita

El Ministerio de Educación y Cultura (MEC), a través de la Biblioteca Nacional de Uruguay (BNU), invitan a redescubrir a diferentes autoras uruguayas en el ciclo "Letra de mujer". Se trata de diez mujeres que representan una muestra parcial y fragmentaria de una serie extensa de autoras con una trayectoria poco conocida o recordada, inclusive en algunos casos, desconocida.

Gisleda Zani (1909-1975)

Giselda Zani (Génova, 1909 - Mendoza, 1975) fue periodista, escritora, crítica de arte y diplomática. Cultivó diversos géneros donde exhibió una personalidad inquieta, sensible y creativa. Hija del empresario Pirro Zani y Clotilde Maggiolo, tuvo acceso a una educación refinada, que le permitió iniciarse tempranamente en el mundo de las letras. Sus primeros pasos en el periodismo los dio en revistas deportivas, para dedicarse luego a la que sería su principal preocupación: el cine. Escribió en La Mañana, El Diario, Cine Radio Actualidad y Marcha, entre otras publicaciones.

Su trabajo en radio la llevó a entrevistar en 1933 al futbolista José Nasazzi, convirtiéndose así en la primera mujer en entrevistar a un futbolista en ese medio. Destaca también su pasaje por Radio El Espectador, donde discurrió sobre cine y arte, y relató sus aventuras en los principales festivales de cine europeos, a los que asistió en el marco de sus viajes como representante diplomática.

En su labor de escritora destaca el poemario La costa despierta, de 1930, que firmó como Giselda Welker, apellido de su entonces marido. Posteriormente incursionó en el ensayo y publicó La cárcel del aire (1938), sobre la pintura del artista florentino Giotto di Bondone, Pedro Figari (1944), relativo a la obra del insigne pintor uruguayo, y De la poesía de Esther de Cáceres (1945), entre otros textos. En 1957 publicó Por vínculos sutiles, libro de cuentos que le valió el Primer Premio del Concurso Literario de la Editorial Emecé en 1958.

Fue interlocutora de numerosas personalidades de su época, como Esther de Cáceres, Jules Supervielle y Enrique Amorim. En sus viajes al exterior, conoció a reputadas figuras del ambiente artístico y cinematográfico, entre los que destacan Pablo Picasso y Jacques Prévert, y a intelectuales del calibre de André Bazin y Roger Caillois. La vasta correspondencia que mantuvo durante su vida echa luz sobre su carácter autónomo y su fuerte temperamento, a la vez que deja ver su compromiso para con las circunstancias del tiempo en que le tocó vivir. Las misivas al frente del Comité de Solidaridad para los Escritores Franceses en la década de los cuarenta y las numerosas cartas a referentes internacionales del cine y las artes, dan cuenta de su intensa actividad intelectual durante los años de su juventud y adultez. Al final de su vida se impuso un relativo silencio, que no inhibe, sin embargo, a la constante que atraviesa su biografía y que define a su obra: la pulsión de escribir.

Fuente biografía y foto de portada: Anáforas

 

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